Configuré mi correo personal en el móvil que compré en Madrid al dejar de usar el mío para evitar que la politie rastreara la señal.
Me alarmé al ver los numerosos mails que Diantha me había enviado y en menor medida, más comedido en el dramatismo, Siem.
Consideré en un par de ocasiones si contarles que estaría fuera una temporada, pero finalmente desestimé la idea para no comprometerlos si la politie les interrogaba sobre mí. No quería implicarles ni crearles problemas.
El primer mail de Diantha databa de dos días después de marcharme precipitadamente de Amsterdam. Los leí todos en orden cronológico tomando conciencia de la intranquilidad creciente que les había ocasionado mi silencio.
Diantha, 7 mayo.
"¿Algún problema con el móvil? Lo tienes apagado. Tampoco lees los whatsapps. Respóndeme cuando puedas."
Diantha, 9 mayo.
"Estarás liada con alguna traducción. En Londres llueve todos los días.
Necesito un rayito de sol, ¿me das tu calor? Espero respuesta."
Diantha, 14 mayo.
"¿Sigues sin móvil? ¿Todo bien? Manifiéstate por deferencia."
Diantha, 17 mayo.
"Dos semanas sin dar señales de vida. Acordamos que compartiríamos los días grises cuando nos mudáramos a Londres. No te encierres en ti misma y escríbenos."
Siem, 18 mayo.
"Te echamos de menos. Berend quiere oír tu voz. Este silencio no es propio de ti. Llámanos.
Diantha, 20 mayo.
"En la editorial me han dicho que trabajas en casa y que hace tres semanas que no te ven el pelo, ¿qué pasa? Cuéntame."
Diantha, 23 mayo.
"Me exaspera / desespera que no respondas los mails. Si necesitas un tiempo para ti porque las cosas con Jenkin están estancas (ya te dije que no te involucraras emocionalmente), el periodo de reflexión se está alargando demasiado, ¿no te parece? ¡Escríbeme ya!
Siem, 25 mayo.
"Le he pedido a un amigo que se pasara por tu casa. No estabas y me ha comentado que parece qeu allí no vive nadie. Estamos preocupados, ¿dónde estás?"
Diantha, 26 mayo.
"Jenkin no me coge el teléfono, ¿os habéis fugado juntos? Ese hombre no te conviene pero lo prefiero así. Lo otro que se me pasa por la cabeza es inquietante y terrorífico. Te suplico que me llames."
Siem, 2 junio.
"Vamos a denunciar tu desaparición a la politie. Deberíamos haberlo hecho mucho antes. Estamos espantados pensando en lo que te puede haber pasado. Demasiados días de silencio."
Les escribí a ambos el mismo mensaje para tranquilizarlos. En su lugar además de asustada estaría muy enfadada.
Sancha, 4 junio.
"Siento mucho vuestra preocupación. No estoy en Holanda. He leído vuestros mails hoy. Estoy bien. Desenado contaros que está pasando. Perdonadme, por favor."
Diantha, 4 junio.
"Tengo tantas ganas de matarte como de abrazarte. Haré lo segundo antes y después lo primero. Cuídate mucho porque voy a por ti."
Siem, 4 junio.
"¡Qué alivio. Te queremos."
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